El helicóptero es una aeronave que, por su versatilidad y su capacidad de maniobra, es idónea para actuar ante emergencias; lo hemos comentado en muchas ocasiones, recientemente con motivo de las labores de rescate tras el terremoto de Nepal.
Este tipo de aeronaves permite acceder a zonas de difícil acceso y llegar de forma rápida al lugar en el que se hace necesario un rescate. Esa es una de sus grandes ventajas. Pero los helicópteros tienen una singularidad desde un punto de vista operacional que los convierte en el aliado perfecto ante estas situaciones: el vuelo estacionario.

El vuelo estacionario permite que los rescatadores puedan descolgarse y prestar asistencia. Foto: Bomberos de Asturias. 112 Asturias
El vuelo estacionario permite mantener la aeronave en vuelo fija sobre un punto, sin avanzar en ninguna dirección. El hecho de que el helicóptero permanezca sobre un área determinada en el aire permite que los rescatadores puedan descolgarse y acceder hasta las personas que necesitan asistencia, tanto en entornos de montaña como en alta mar.
No es una operación sencilla, tanto condiciones meteorológicas adversas como áreas geográficas complejas hacen a la aeronave y a sus tripulaciones vulnerables. Por ello es muy importante la especialización de los pilotos, su formación y el entrenamiento constante de las tripulaciones; también la coordinación de todos los profesionales implicados que permita llevar a cabo un trabajo tan delicado con seguridad.
Esta semana hablaremos de ello en San Sebastián en las IX Jornadas sobre Gerencia de Riesgos y Emergencias con una ponencia que bajo el título El helicóptero como herramienta asistencial nos permitirá compartir con otros profesionales del sector de las emergencias las posibilidades de esta aeronave y la importancia del factor humano en un servicio de asistencia a la sociedad imprescindible.