Un terremoto de 7,9 de magnitud en la escala Richter con epicentro a 80 kilómetros al noroeste de Katmandú azotó Nepal el pasado sábado. Cinco días después todavía desconocemos las dimensiones de la catástrofe. Se teme que asciendan a 10.000 el número de personas fallecidas en toda la región. La situación en el país es crítica y la ayuda internacional muy necesaria.
La aviación tiene también protagonismo en este trágico suceso. Tribhuvan, el aeropuerto de Katmandú, es una de las vías de salida del país por lo que interminables colas de personas lo abarrotan tratando de escapar de una situación desesperada. El caos del aeropuerto tiene su impacto en las operaciones aéreas, la llegada de un gran número de vuelos de ayuda humanitaria superan su capacidad y se están generando largas esperas para tomar tierra.
Sin duda, los medios aéreos son sinónimo de esperanza para muchas otras personas. El helicóptero es una herramienta fundamental prestar asistencia ante una emergencia. Es este tipo de aeronave la que se está utilizando en la zona del Everest para rescatar a las personas atrapadas en esta zona montañosa. Las operaciones aéreas aquí son muy complejas debido no sólo a la dificultad y altitud del terreno sino también a una meteorología complicada.
La entrega de ayuda de diversos países se realiza también, entre otras, por vía aérea. Un gran número de ONGs de todo el mundo han enviado equipos de respuesta ante la emergencia. El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas ha entregado ayuda humanitaria desde Dubai en los días pasados. Y el vuelo de drones está ayudando a reconocer los daños del terremoto en zonas de difícil acceso. Ante una situación extrema como la que está viviendo el país asiático, los medios aéreos son una herramienta fundamental para salvar todas las vidas posibles.
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