Garantizar la seguridad de los vuelos. Ese es el objetivo de los pilotos que gestionan las operaciones aéreas en todo el mundo. Lo era antes de esta crisis del coronavirus y lo seguirá siendo en el reinicio progresivo de los vuelos en todo el mundo.
El objetivo será el mismo pero muchos otros aspectos habrán cambiado. Mientras se va diseñando el marco legal y operacional, las tripulaciones ya piensan en la preparación para el nuevo entorno en el que se desarrollarán los vuelos. El Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial ha realizado unas recomendaciones para el reinicio de las operaciones con pautas de actuación en esta nueva etapa antes, durante y después del vuelo.
¿Qué será diferente? Muchos pilotos volverán a volar tras un periodo de parón. Esto implicará una revisión previa de los procedimientos normales y de toda la documentación de carácter operacional (procedimientos especiales, notas o circulares) para conocer las posibles restricciones o situaciones extraordinarias con las que se encontrarán. Por supuesto, hay que tener en cuenta que los posibles controles sanitarios adicionales requieran mayor tiempo en los accesos a los aeropuertos.

Imagen: Iberia
Otro aspecto crítico será la revisión de las aeronaves. Los pilotos deberán tener en cuenta que, además de las comprobaciones habituales, existen procedimientos especiales de desinfección.
El trabajo en cabina, ante la imposibilidad de mantener la distancia social, deberá realizarse con mascarillas y EPIs y siempre extremando las medidas higiénicas. Se reducirá también el acceso a la cabina de los pilotos a otras personas, únicamente en casos en los que sea estrictamente necesario. Se extremarán las precauciones en los traslados a los hoteles.
A pesar de estas diferencias, hay cosas que no cambian. La prioridad de los pilotos será siempre la de garantizar la seguridad de los vuelos. En un contexto de crisis y de dificultades económicas, ésta no debe comprometer nunca los márgenes de seguridad aceptables. La rigurosidad en los procedimientos como el de cabina estéril es crucial. También lo será el soporte de otros profesionales, como los servicios de tránsito aéreo o el personal de tierra, aunque habrá que tener en cuenta las circunstancias especiales en las que desempeñan su trabajo y una posible reducción de sus efectivos.
La incertidumbre ante esta nueva etapa es evidente por lo que será necesario que cualquier medida extraordinaria que se tome respecto a la gestión del vuelo se realice con un análisis de riesgos previo. La recuperación de la actividad aérea, sin duda, supondrá la reactivación de un importante motor económico a nivel nacional e internacional, y debe hacerse con las máximas garantías de seguridad y salud para pasajeros y tripulaciones.
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