El agua es uno de los grandes aliados de los profesionales de extinción de incendios. Habréis visto imágenes de los pilotos cargando agua en zonas próximas al incendio como embalses o piscinas pero, ¿sabéis qué criterios rigen la selección de un punto de carga concreto? Pues son varios, entre ellos:
- Áreas libres de obstáculos. Los profesionales seleccionan puntos que se encuentren libres de obstáculos, como árboles o cables, evitando comprometer la seguridad del vuelo.
- Eficacia de las labores de extinción. Se seleccionan puntos que faciliten la incorporación al circuito de tráfico en el incendio, permitiendo una mayor eficacia y cadencia de descargas. Es importante que exista coordinación en el caso de que varios medios aéreos carguen agua en el mismo punto, tanto en entradas como en salidas, para evitar conflictos de tráfico.
- Mejor en espacios naturales, como lagos o embalses. Se priorizan estos puntos de carga frente a zonas privadas (como piscinas) para evitar causar daños en la propiedad de particulares. Sin embargo, si no existen otras posibilidades pueden también ser una opción viable.
- Referencias con el terreno. Desde la aeronave es importante contar con referencias visuales. Por ejemplo, en grandes embalses es recomendable buscar un punto de carga cercano a la orilla. Realizarlo en el centro puede provocar riesgos operacionales derivados de las dificultades para determinar la altura exacta o de las corrientes generadas por el propio rotor del helicóptero. Además, una vez que se comprueba que es un lugar seguro es importante realizar cargas posteriores en ese mismo punto.
- Nunca en el mar, salvo en caso de emergencia vital. No se deben realizar cargas en el mar, no sólo por los daños de la sal en la aeronave sino porque el oleaje puede desestabilizar la aeronave. Si se realizan en ríos, es muy importante tener en cuenta la corriente, que hará que el helicóptero y el bambi se desplacen en el mismo sentido. Puede ser un factor de riesgo.
En muchas ocasiones es más eficiente para la extinción una menor cantidad de agua en cada descarga y más cadencia de las mismas que descargas a la máxima capacidad y más espaciadas en el tiempo. Tanto la carga como la descarga de agua en el incendio deben realizarse en base a criterios de eficacia de la extinción y seguridad de todos los profesionales que participan en la extinción.

Imagen: COPAC
Pingback: Planificación de vuelos de extinción de incendios forestales | Desde la cabina de vuelo