Con frecuencia leemos noticias sobre incidentes de pasajeros con comportamientos inadecuados e, incluso, violentos a bordo de un avión. Su actitud llega a provocar el desvío de vuelos a un aeropuerto alternativo o el regreso al de salida por el riesgo que suponen para la seguridad de los vuelos.
El pasado fin de semana el diario El País publicaba los datos de incidentes violentos de pasajeros a bordo de un avión. Solo en el año 2015 se registraron 10.854 sucesos de pasajeros insubordinados, un 16,5% más que en el año anterior. Se produjo uno de estos casos por cada 1.205 vuelos.

Gráfico IATA
El consumo excesivo de alcohol, frustración causada por largas escalas, falta de medicación, episodios de ansiedad o irritación por el comportamiento de otros pasajeros están detrás de este riesgo para la seguridad de los vuelos.
La Organización de Aviación Civil Internacional clasifica cuatro tipos de comportamientos conflictivos en función de su gravedad: un comportamiento verbal inapropiado, la agresión física, los actos que atenten contra la integridad de las personas a bordo y el más grave de todos, el intento de acceder a la cabina de vuelo.
La IATA ha instado a los países a suscribir el Protocolo de Montreal para superar los vacíos legales existentes. Este extiende la jurisdicción sobre los delitos cometidos en un avión al país de destino del vuelo y no sólo al de matrícula de la aeronave.
La tripulación está formada para gestionar este tipo de situaciones que pueden ser complicadas. Los tripulantes de cabina, en contacto directo con los pasajeros, se encargan de identificar cualquier comportamiento problemático. El Comandante es quien valora la situación y toma las medidas que considera necesarias para garantizar que no se comprometa la seguridad de los pasajeros.
En definitiva, el incremento de este tipo de situaciones en vuelo es preocupante. La seguridad de un vuelo y de sus pasajeros es responsabilidad del Comandante, pero todas las personas a bordo deben contribuir a que el vuelo se desarrolle con normalidad y de forma agradable, como mínimo comportándose de manera apropiada y cívica.
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