Esta semana conocíamos una triste noticia que ha dado la vuelta al mundo. El comandante del vuelo 550 de American Airlines fallecía el pasado lunes en la ruta entre Phoenix y Boston. El copiloto del Airbus A320 -con 147 pasajeros y cinco tripulantes a bordo- se hizo con los mandos y aterrizó en el aeropuerto de Siracusa (Nueva York) tras declarar una emergencia médica.
La aviación contempla la redundancia de los sistemas del avión para que, si se produce un fallo de alguno de ellos, se pueda seguir volando sin comprometer la seguridad. Algo similar sucede con el “elemento humano”.
La presencia de dos pilotos en cabina con la correspondiente licencia, el conocimiento y las habilidades necesarias supone una barrera más de seguridad.
En un caso como este, la función del copiloto cobra todo su sentido. Ante cualquier incapacitación del comandante, como un infarto de miocardio o un ictus, es él quien toma los mandos ya que está perfectamente capacitado. De hecho, es una figura imprescindible en un vuelo y un elemento de seguridad. Y no sólo en una emergencia. La operación en cabina requiere la constante comunicación entre los dos pilotos y la continua revisión de que los procedimientos se están realizando de manera correcta.
Si os interesa conocer más sobre el trabajo de los copilotos os invitamos a escuchar este breve espacio en el que se resumen sus funciones.