La sostenibilidad medioambiental en el sector aéreo es, sin duda, una prioridad. Aunque se plantean medidas que limitan los vuelos cortos y su sustitución por otros modos de transporte, la solución real no pasa por una prohibición de rutas que implicarían una reducción ínfima en las emisiones del sector.
El gran reto de la industria requiere de la apuesta y la implementación de soluciones que impliquen una aviación más sostenible. La plataforma Sustainable Aero, compuesta por 40 start-ups que trabajan en este campo, pone su atención en cuatro puntos que nos han parecido muy interesantes y de los que poco se habla cuando se aborda este debate en el sector aéreo. Estas son algunas de las alternativas:
- Digitalización y análisis de datos. Es clave en aspectos como los pronósticos meteorológicos y gestión del tráfico aéreo, la actualización de esta información en tiempo real y su uso compartido para lograr rutas más eficientes desde el punto de vista operacional y medioambiental. Una solución que podría aplicarse a nivel global y que, sin duda, redundaría en una considerable reducción del impacto en la aviación.
- Combustibles sostenibles. Ya existen alternativas al queroseno que suponen una significativa reducción de las emisiones de contaminantes. En los últimos años, ha sido una de las principales líneas de I+D de los principales fabricantes de aeronaves. Ya se han realizado vuelos de prueba son biocombustibles, sin embargo, plantean también otros problemas sociales derivados de su fabricación, como se detalla en este interesante artículo de Hispaviación.
- Propulsión por hidrógeno. Es otra de las alternativas y de las grandes apuestas de la industria para la reducción de emisiones. Aquí podéis ver los avances de Airbus en este campo, que espera implantar este sistema en los próximos años. Un motor de hidrógeno supondría cero emisiones. Sin embargo, los principales inconvenientes de este sistema es que se requerirá un nuevo diseño de aeronaves y una gran inversión para el suministro y distribución en aeropuertos.

- Aviación eléctrica. Ya existen prototipos de aeronaves que, como en otros medios de transporte, utilizan la electricidad como fuente de energía. Sin embargo, estaría limitado a aviones de pequeño tamaño y con una autonomía muy limitada, por lo que no sería factible en aviones comerciales cubriendo rutas intercontinentales. Sin embargo, sí es posible el uso de esta fuente energética habitual en vehículos que prestan servicio en tierra en los aeropuertos contribuyendo a una reducción de las emisiones en el sector.
Estas son las alternativas en las que el sector trabaja desde hace años en proyectos de innovación para reducir la huella de la aviación. Los avances que se han conseguido en las últimas décadas en la fabricación de motores más eficientes o de materiales menos pesados son un precedente de éxito en la reducción de emisiones. Sin duda, la clave para una reducción real se encuentra en la inversión y apuesta por la innovación.