El legado del comandante Haynes para la seguridad aérea

Hace unos días lamentamos el fallecimiento del piloto Alfred C. Haynes, un comandante que se enfrentó en 1989 a un fallo catastrófico de un motor de su DC-10 que causó la pérdida de los tres sistemas hidráulicos de control de mandos. El vuelo 232 de United Airlines se volvió ingobernable.

Trayectoria del avión. Informe técnico de la NTSB del accidente del vuelo 232 de United Airlines en 1989

Puede que su nombre no os resulte familiar, pero la gestión de esa emergencia se considera un ejemplo de la importancia de una adecuada coordinación de la tripulación, lo que se conoce como CRM (Crew Resource Management) – entonces conocido como Comand Leadership Resource Management (CLRM)-, un elemento clave en la seguridad en nuestros días. De hecho, en Estados Unidos es considerado un héroe y una figura relevante que cuenta con su lugar de honor en el Smithsonian National Air and Space Museum.

Lamentablemente, el buen trabajo de la tripulación no evitó el fallecimiento de 111  personas. Sin embargo, sobrevivieron al siniestro 174 pasajeros y 10 miembros de la tripulación. El propio informe técnico de la investigación del accidente consideró que la “preparación previa al aterrizaje de emergencia mejoró las probabilidades de supervivencia” en determinadas zonas del avión en las que el fuselaje permaneció intacto.

Es muy interesante conocer la gestión de la emergencia de forma detallada por el propio Haynes, a la que podéis acceder en este artículo publicado por la Flight Safety Foundation en junio de 1991. Haynes destaca cinco factores importantes en el aterrizaje: suerte, comunicación, preparación, ejecución y cooperación.

En este caso, a la tripulación titular se sumó un piloto instructor fuera de servicio que viajaba como pasajero. Fue éste quien se hizo cargo de las palancas de potencia para tratar de controlar el avión y realizar el aterrizaje de emergencia, como muestra este vídeo.

Haynes puso de manifiesto que la autoridad del Comandante va mucho más del simple “ordeno y mando”. Como máximo responsable de la seguridad del vuelo, es un líder y  un gestor de equipos. En este caso, a pesar de la complejidad a la que se enfrentaba Haynes apostó, como él mismo dijo, por “trabajar juntos” y “resolver un problema de forma profesional y eficiente”. “Todos dentro y fuera del avión hicieron su trabajo de manera más que eficiente”, afirmó.

La cooperación de la tripulación técnica permitió la toma de decisiones más adecuada frente a una situación de extrema dificultad marcando una forma de trabajo que se ha impuesto en la aviación de nuestros días. Desde aquí, nuestro recuerdo a una importante figura de la aviación comercial y de la seguridad aérea.

Acerca de Desde la cabina de vuelo

Desde la cabina de vuelo es el blog del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC). Aviación y seguridad aérea desde los mandos de una aeronave.
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