En Desde la cabina de vuelo insistimos a menudo en que el vuelo es una toma de decisiones continua. ¿A qué nos referimos? La toma de decisiones en el ámbito de la operación aérea implica elegir una acción entre varias posibles opciones. Parece fácil pero implica un complejo proceso cognitivo que ha sido estudiado por numerosos expertos.
Este proceso comienza antes del vuelo, durante la planificación. Obviamente, por las consecuencias para la seguridad que implica una mala decisión, la toma de decisiones es crucial para la seguridad aérea.
De manera general, la toma de decisiones atraviesa varias fases:
- Identificación del problema.
- Análisis de las opciones.
- Selección e implementación de la opción elegida después de valorar los pros y los contras.
- Evaluación de la decisión tomada para asegurarse de que ha sido acertada.
Esta circular de la Federal Aviation Administration de 1991 detalla el proceso convencional de toma de decisiones de los pilotos para seleccionar la mejor acción bajo unas condiciones determinadas. En este gráfico podéis observar todos los elementos que influyen en la toma decisiones. En situaciones de emergencia, todo este proceso debe hacerse en segundos para garantizar la seguridad de los vuelos.
La toma de decisiones es especialmente relevante en situaciones críticas o de emergencia. El análisis de riesgos puede verse afectado por factores como el estrés, la fatiga o presiones externas. Todo el proceso se realiza en base a la actitud y las habilidades, los procedimientos y la formación de las tripulaciones.
Probablemente una de las decisiones más conocidas de la aviación contemporánea fue la del comandante Sullenberger cuando, tras perder los dos motores por un impacto con aves, amerizó en el río Hudson en lugar de intentar regresar a un aeropuerto, logrando así que todos los pasajeros sobrevivieran. La simulación realizada en el proceso de investigación de este suceso desde una perspectiva realista, es decir, aplicando un retraso de 35 segundos -equiparable al tiempo de reacción y toma de decisiones en la situación real-, demostró que no era posible volver a un aeropuerto como se indica en el informe de la NTSB:
“The one simulator flight that took into account real-world considerations (a return to LGA runway 13 was attempted after a 35-second delay) was not successful. Therefore, the NTSB concludes that the captain’s decision to ditch on the Hudson River rather than attempting to land at an airport provided the highest probability that the accident would be survivable”
Sully tardó 22 segundos en analizar la situación desde el impacto de las aves en la aeronave (15:27:11) hasta su declaración de emergencia (15:27:32) y alrededor de dos minutos más en gestionarla y decidir finalmente amerizar en el Hudson (15:29:28).
Sin duda, este es un buen ejemplo de la rapidez con la que los pilotos han de tomar decisiones en favor de la seguridad de las operaciones aéreas.