Parece que el trabajo de piloto y el estrés van de la mano. La de piloto de líneas aéreas es la tercera profesión más estresante según un estudio realizado por el portal de empleo estadounidense CareerCast. Solo se encuentra superada por los militares y bomberos. El estudio analiza diferentes variables, como la presión en las fechas de entrega, el grado de interacción con el público, la competitividad del mercado, las condiciones ambientales, el riesgo para la vida, las amenazas del entorno o las previsiones de contratación en la próxima década, entre otros.
Tratamos de explicar por qué el estrés es especialmente significativo en nuestro trabajo:
- Alto grado de responsabilidad. Los pilotos, en concreto la figura del Comandante, somos los máximos responsables de la seguridad de la aeronave, los pasajeros y la carga. Sobre esa responsabilidad orbitan todas las acciones y decisiones que se toman. Somos conscientes de que cientos de vidas a diario se ponen en nuestras manos en cada vuelo para llegar con seguridad a su destino.
- Toma de decisiones críticas en poco tiempo. El vuelo es una continua toma de decisiones, siempre orientadas a preservar la seguridad. A pesar de que existen procedimientos para situaciones de emergencia y de que se practican en simulador, en estos casos nuestra reacción debe ser rápida, profesional y eficaz.
- Presión. La puntualidad es uno de los aspectos más valorados por los pasajeros y un factor estratégico para las compañías. La regularidad de las operaciones es también uno de los objetivos del piloto. Nuestro trabajo es un permanente balance entre estos aspectos fundamentales para el servicio y las cuentas de nuestras compañías pero priorizando la seguridad.
- Contextos operacionales complejos. No solo los pilotos de líneas aéreas sufren estrés. Profesionales de otras disciplinas como los que se dedican a la extinción de incendios forestales, búsqueda y rescate o vuelos sanitarios necesitan realizar una gestión adecuada del estrés. Ellos se enfrentan a situaciones críticas y realizan sus vuelos en un contexto operacional muy complicado.
Por estas razones, hay que tener en consideración el factor psicológico como un asunto de peso en nuestra profesión y es necesario desarrollar herramientas que nos ayuden a gestionar el estrés y las emociones en cabina.