
Imagen Lufthansa
A muchos os resultarán familiares algunos términos relacionados con las velocidades en aviación. Probablemente, la más conocida es la velocidad de crucero pero hay muchas otras que deben calcularse y controlarse para garantizar la seguridad del vuelo. Una de las más importantes es la conocida como V1.
El avión necesita alcanzar una velocidad determinada para irse al aire. La V1 es la velocidad de decisión de despegue, es decir, aquella a partir de la cual ya no se puede detener o abortar el despegue. A partir de ese momento, no es seguro detener la aeronave, ni siquiera si se produce un fallo de motor. Volar es lo más seguro cuando se rebasa la V1.
El despegue es una de las fases críticas del vuelo. Los pilotos deben configurar adecuadamente el avión para ese momento y monitorizar constantemente todos los parámetros del avión. Sin duda, la velocidad es uno de los factores más importantes para que el despegue se realice de forma segura, tanto que cuando se alcanza la V1 se dice en voz alta para que los dos miembros de la tripulación técnica sean conscientes.
La velocidad de la aeronave varía en función de numerosos elementos, como el tipo de avión, las condiciones de la pista, la meteorología o el peso de la aeronave, entre otros. La V1 es un aspecto crítico de seguridad por lo que los manuales de operaciones de las compañías recogen los procedimientos más adecuados.
La maniobra de abortar el despegue si se considera que hay algún parámetro que compromete la seguridad es decisión del Comandante de la aeronave.