
Imagen COPAC / Hugo Ramos
Como cada año por estas fechas, dedicamos una de nuestras entradas a las operaciones de extinción de incendios forestales. El periodo estival es el de mayor número de incendios y el que requiere la acción coordinada de diferentes profesionales en la lucha contra el fuego.
Con motivo de este inicio de campaña, el COPAC ha celebrado la Jornada Técnica: Análisis de las operaciones aéreas en extinción de incendios que contó con la presencia de representantes de organizaciones y profesionales que forman parte activa en la lucha contra el fuego como la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Tragsa, la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil, Asociación Española de Compañías Aéreas (AECA), el 43 Grupo del Ejército del Aire, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y las brigadas de tierra.
¿El objetivo? Analizar los retos de esta campaña, promover el intercambio de conocimiento y experiencias de diferentes profesionales, detectar debilidades y promover aspectos de mejora.
El debate fue interesante, multidisciplinar, vivo y constructivo. Sirvió para identificar aspectos que puedan mejorar tanto la seguridad como la eficacia de estas operaciones que cumplen un servicio público fundamental. Dos son probablemente los aspectos más repetidos:
- La necesidad de definir la figura del coordinador aéreo y de estandarizar su formación, conocimientos, funciones y responsabilidades a nivel nacional. Su importancia a la hora de enfrentarse a incendios con entornos operacionales aéreos y terrestres complejos o muy complejos es tan importante como poco clara y definida en este momento.
- Las comunicaciones entre personal de tierra y aire deben mejorarse. Es necesario para reducir la carga de trabajo en cabina de las tripulaciones y recibir instrucciones precisas. Pero es relevante, principalmente, para evitar incidentes que puedan comprometer la seguridad y el trabajo de las brigadas de tierra frente a las descargas de agua.
El establecimiento de una frecuencia específica para cuestiones logísticas, el uso de un lenguaje común entre personal de tierra y aire o un conocimiento mutuo del trabajo de ambos profesionales son propuestas que pueden ayudar a comprender las limitaciones, estrategias y actuaciones de cada una de estas disciplinas.
Estas son algunas de las conclusiones a las que se llegó en una jornada que generó muchas propuestas de mejora, para las que es necesario un trabajo conjunto de todos los implicados con el máximo rigor, profesionalidad y con criterios de calidad, eficacia y seguridad.
Un año más, desde aquí deseamos una buena campaña a todos los que trabajaréis este verano en la lucha contra incendios. ¡Y, ante todo, seguridad!