Tras el accidente de Germanwings, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) emitió un Boletín de Seguridad (SIB) en el que se instaba a las aerolíneas a adoptar la conocida regla de Dos en cabina, que algunas aerolíneas ya incluían en sus manuales de operaciones. Recomendaba a las compañías establecer procedimientos para que hubiese siempre dos personas en la cabina de vuelo. Esto implica la entrada de otra persona si el comandante o el copiloto deben salir de la misma durante la fase de crucero. El SIB se emitió el 27 de marzo de 2015, un día después de que el fiscal de Marsella hiciese pública la intencionalidad del copiloto del vuelo de Germanwings de estrellar el avión cuando se encontraba solo en la cabina.
En ese momento desde organizaciones profesionales de pilotos se cuestionó la urgencia con la que se hizo pública esta recomendación por múltiples razones. La principal es que cualquier medida que afecte al trabajo en la cabina de vuelo y a la seguridad operacional debe ir acompañada de un adecuado análisis de riesgos, que no se había realizado en este caso. En segundo lugar, se recomendaba implantar esta medida sin establecer procedimientos específicos que aclarasen a la tripulación aspectos básicos como qué persona debía entrar en cabina, con qué formación contaba para hacerlo, qué lugar debía ocupar o qué rol debía asumir, entre muchas otras. Surgió entonces la duda de si era una decisión precipitada basada en la conmoción del accidente de Germanwings en lugar de un auténtico precepto de seguridad.
Hoy podemos confirmar que no fue la recomendación más acertada si nos atenemos a los resultados de una encuesta realizada por la propia EASA, el mismo organismo que la lanzó y que ahora se plantea revisar esta medida.

Gráfico de EASA. Encuesta sobre la efectividad de la recomendación de dos personas en cabina. Mayo 2016
Los resultados son abrumadores. A pesar de que, como indica el documento, no son representativos por la propia metodología, sí son significativos. Un 82% de los encuestados considera que la medida no es efectiva ni apropiada para mitigar riesgos; de hecho, un 54% está en profundo desacuerdo con la medida. Como podéis ver en el gráfico, sólo un 8% de los encuestados está de acuerdo con la medida. Entre los argumentos que se esgrimen en contra se afirma que tiene un impacto negativo en la seguridad y que introduce nuevos riesgos para la operación. Los encuestados plantean medidas alternativas preventivas entre las que se encuentran la mejora de los controles psicológicos a los pilotos y los programas de ayuda a los profesionales con problemas de salud mental.
Estos resultados, que podéis descargar aquí, deben hacernos replantear el papel de las Autoridades Aeronáuticas. La seguridad aérea no puede basarse en medidas cosméticas y precipitadas, sino en análisis de riesgos sólidos y en el conocimiento de la operación contando con los distintos actores del sector.

Gráfico de EASA sobre riesgos adicionales identificados con la adopción de la medida de dos en cabina. Mayo de 2016