En las últimas semanas hemos escuchado numerosas reflexiones acerca de accidentes y seguridad aérea. Entre todas ellas queremos hoy destacar el análisis de las estadísticas de 2014 que ponen de manifiesto una nueva tipología de accidentes a nivel global.
El despegue y aterrizaje son las fases críticas del vuelo dado que la complejidad de la operación es elevada y es necesaria la máxima coordinación y concentración de los pilotos. Tradicionalmente son las fases en las que se producen un mayor número de accidentes. Sin embargo, según los datos de la Flight Safety Foundation, de los 21 accidentes de aviación comercial que se produjeron en 2014, 13 tuvieron lugar en la fase de crucero.
Habitualmente, los accidentes en esta fase se producen por lo que se denomina pérdida de control en vuelo. Un ejemplo de este tipo de siniestro fue el accidente de 2009 del Air France 447 en la ruta Río de Janeiro-París. Desde aquí podéis acceder a un interesante artículo publicado en la revista Aviador sobre este vuelo.
Esta cifra debe llamarnos la atención. Los factores contribuyentes de este tipo de accidentes son diferentes a los que se producen en otras fases del vuelo y , por tanto, distintas deben ser las medidas preventivas que se implanten. La aviación a nivel mundial debe analizar a fondo estos escenarios y tomar medidas para prevenir este tipo de catástrofes.