Los drones son ya una realidad imparable. También un gran reto para la aviación a nivel internacional. La rápida evolución de la tecnología en este campo y las posibilidades de su aplicación en múltiples actividades han puesto bajo los focos a este tipo de aeronaves.
En el ámbito de la aviación comercial se denominan RPA’s (Remote Piloted Aircraft), término adoptado por OACI para denominar a las aeronaves en las que existe un piloto al mando de forma remota , distinguiéndolos así de los aviones automáticos con vuelos programados utilizados principalmente en el ámbito militar.
El uso de los RPA’s en el ámbito civil aportará ventajas de carácter económico y logístico en diversos campos como la agricultura o la fotografía aérea, entre muchos otros. Y también será ventajoso para los pilotos ya que, con el desarrollo de este mercado, se abren nuevas oportunidades profesionales para ellos.
Pero el vacío legal existente acerca del uso de drones para su uso comercial ha provocado algunas situaciones de riesgo. El vuelo sin control ni regulación alguna por parte de estos vehículos está generando ya riesgos, no sólo para las operaciones en el espacio aéreo sino también en tierra. Esta misma semana, se hacía público un incidente causado por un dron en un vuelo comercial en Estados Unidos reportado por un piloto.
Ya existe una hoja de ruta para la integración de los RPA’s en la aviación europea. Pero los objetivos a largo plazo no parecen suficientes, es precisa una regulación que tenga como prioridad la seguridad. Una seguridad que pasa por que estos vuelos cumplan los mismos requisitos que cualquier otra aeronave tripulada, como la redundancia de los sistemas de manejo remoto, la preparación del piloto que lo opera, la certificación de las aeronaves o los procedimientos aprobados y supervisados por parte de la Autoridad aeronáutica. El vuelo de estas aeronaves en espacio aéreo segregado evitaría cualquier tipo de riesgo con otras aeronaves.
En nuestro país, Fomento ha anunciado un borrador de Real Decreto que lo regule a finales de este mes después de recordar en abril que actualmente no está permitido el uso comercial de los drones.
De nada sirve la prohibición, es tratar de ponerle puertas al campo, pero una estricta regulación es imprescindible. Una regulación que cuente con la opinión y las aportaciones de profesionales y organizaciones del sector con una máxima prioridad: la seguridad.