Los diversos temporales que nos siguen acompañando en estos días continúan afectando a las operaciones aéreas en todo el país. Al igual que la semana pasada numerosos vuelos están sufriendo retrasos y cancelaciones a causa de las condiciones atmosféricas, otros están siendo desviados y hemos visto cómo algunos pilotos tienen que frustrar el aterrizaje para evitar que las fuertes rachas de viento saquen el avión de la pista.
Hoy hablamos de otro fenómeno de la aviación que puede afectar a las aeronaves y que los pilotos están entrenados para afrontar, el aquaplaning. Se trata de una situación de pérdida de control que puede sufrir un vehículo al atravesar una superficie cubierta de agua. Es habitual que los conductores lo sufran en las carreteras en días de lluvia abundante cuando el coche pierde la tracción y el contacto con el suelo.
También los aviones sufren el aquaplaning. Existen maniobras específicas para realizar la operación de forma segura, ya que una acción inadecuada puede tener como consecuencia la salida de pista.
La investigación para mitigar los efectos del aquaplaning en la aviación es un asunto que preocupa a los organismos encargados de la seguridad aérea desde hace décadas. De hecho, podéis ver en este documental de la NASA que data de 1963 las amenazas de este fenómeno en la aviación.
Si las tripulaciones son conscientes de una situación potencialmente problemática debe evitarse el aterrizaje en esa pista y buscar una alternativa. En el caso de que se continúe la operación, los pilotos deben asegurarse de que podrán materializarla adecuando la velocidad al estado y características de la pista y teniendo siempre en cuenta el resto de las variables atmosféricas, como el viento cruzado, que pueden influir en el desarrollo de la maniobra. Sin duda, la adecuada formación y el entrenamiento de las tripulaciones es la mejor garantía para que la seguridad del pasaje no se ponga en riesgo en ningún momento.