Los diferentes servicios de emergencia realizados mediante helicóptero y avión exigen una alta preparación y especialización de las tripulaciones.
El transporte aéreo sanitario, conocido como operaciones EMS (Emergency Medical Services), ha experimentado un importante desarrollo, debido a las ventajas que aporta para los ciudadanos la posibilidad de realizar una evacuación médica rápida y especializada por vía aérea.

En estos vuelos es fundamental la interacción y coordinación entre el personal aeronáutico y el personal sanitario de a bordo
El desplazamiento de enfermos desde zonas aisladas, carreteras, montañas, islas o simplemente alejadas de centros de salud u hospitales apropiados; la evacuación especializada de pacientes que necesitan una operación determinada o tienen una patología específica (cardiaca, quemados, tetrapléjicos, oncológicos….) que exige desplazarse a hospitales especializados; el transporte urgente en condiciones especiales de órganos, de cuya rapidez y traslado apropiado depende la vida de una persona que “está a la espera” de recibir un trasplante o el traslado de neonatos mediante especializadas incubadoras son, en definitiva, operaciones que exigen la mejor preparación de los profesionales. Por este motivo, el COPAC celebrará las III Jornadas Técnicas de Helicópteros dedicadas a las Operaciones HEMS, en las que pilotos especializados abordarán distintos aspectos relativos a estos servicios.
Para desarrollar estas operaciones con las mayores garantías de seguridad y eficiencia, el piloto debe tener en cuenta numerosos factores más allá de los puramente aeronáuticos, como las patologías de los enfermos que traslada, el material sanitario que se transporta a bordo, los protocolos a seguir en cabina ante el uso de diferentes aparatos de emergencia, la coordinación con el personal médico o con los centros de emergencia, entre otros.
Además, en las operaciones EMS hay que tener muy en cuenta el factor psicológico, ya que el objetivo principal de estas misiones no es otro que salvar vidas, lo que puede provocar presión o prisas en la tripulación que generen ciertos riesgos. Por lo tanto, conocer estos riesgos y controlar estas presiones es imprescindible para el piloto EMS.
Por otro lado, un aspecto fundamental en el ambiente EMS es la interacción y coordinación entre el personal aeronáutico y el personal sanitario de a bordo. Cada uno tiene sus funciones, pero en ocasiones la colaboración es un requisito necesario. Sin embargo, la prioridad del Comandante de un vuelo EMS, como responsable de la seguridad y operaciones a bordo, siempre será desarrollar un vuelo seguro.
En definitiva, las tripulaciones de servicios médicos de emergencia desarrollan un trabajo muy exigente, especializado y de una altísima responsabilidad, porque su profesionalidad y preparación contribuye a salvar la vida de muchas personas.