Imagen del A400M./ Airbus

Esta semana la actualidad aeronáutica nos conduce lamentablemente hasta otra tragedia. El pasado sábado un avión militar de Airbus sufría un accidente durante un vuelo de prueba en Sevilla. Tras el despegue, la tripulación notificó dificultades a los servicios de tránsito aéreo y durante el aterrizaje de emergencia en un terreno de cultivo próximo al aeropuerto impactó contra una torre de alta tensión. Cuatro personas fallecieron, entre ellos los dos experimentados pilotos, y otras dos resultaron gravemente heridas.

Además de la pérdida de vidas humanas, el accidente ha supuesto un duro golpe para el proyecto de EADS que en los últimos meses ha enfrentado retrasos y dificultades internas. Este hecho ha generado un gran número de rumores que ayer, Fernando Alonso, director de Airbus en España y reconocido piloto de pruebas, trató de neutralizar realizando un vuelo con el mismo modelo de avión.

Nos gustaría insistir en este momento en la importancia de una investigación independiente para conocer las causas del siniestro y tomar medidas preventivas. Las grabaciones de las cajas negras, que se encuentran bastante dañadas según ha trascendido, y el testimonio de los supervivientes contribuirán a conocer algunas claves del accidente. De nada sirven las especulaciones o los rumores acerca de las causas; será la labor de los investigadores, a través del estudio de los restos del avión y de los parámetros del vuelo, la que determine las causas y los factores contribuyentes.

Desde aquí queremos enviar nuestras condolencias a los familiares de las víctimas y a sus compañeros de Airbus, así como desear una rápida recuperación a los supervivientes. El tiempo y el trabajo de los investigadores darán respuesta a las preguntas que todos nos hacemos y contribuirán a evitar algo similar en el futuro. Hasta entonces debe imperar la máxima cautela y el respeto a las víctimas.