Desde el primer vuelo de los hermanos Wright en 1903 en Carolina del Norte hasta nuestros días la aviación ha evolucionado a la velocidad de la luz, y con ella la profesión de piloto.
A pesar de los muchos cambios de carácter tecnológico, normativo o laboral que ha experimentado la profesión, hay dos componentes que no han cambiado: el altísimo grado de responsabilidad que asume el piloto cuando está a los mandos de una aeronave y la vocación.
Entre la responsabilidad y la vocación hay toda una suma de elementos que dan forma a la profesión y que son esenciales para un correcto ejercicio: deontología, seguridad, formación, profesionalidad, aptitudes físicas, servicio al usuario….
Para velar, proteger y asegurar estos y otros principios, hace ya 15 años los pilotos
españoles decidieron dotarse de una organización con amplias posibilidades de representación, acción y regulación: un Colegio Profesional.
El 27 de octubre de 1998 se aprobó la Ley de creación del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC), iniciándose así un camino institucional que ha estado marcado por el compromiso con los usuarios del transporte aéreo, los colegiados y la seguridad aérea.
El 3 de noviembre el COPAC celebrará estos XV años de trabajo junto a los colegiados, otros profesionales del sector aéreo y representantes de distintas organizaciones. Esta celebración será también una oportunidad para homenajear a la Fundación Infante de Orleans (FIO) por su gran labor en favor de la recuperación y difusión de la cultura aeronáutica de España y a su Presidente, Carlos Valle, que será nombrado Colegiado de Honor.
En los últimos tiempos no hay muchos motivos en el sector aéreo para la celebración, pero el COPAC quiere reivindicar la labor de los pilotos y de la institución y recordar que la profesión de piloto sigue siendo, además de vocacional, apasionante.